Empiezas un nuevo trabajo. Haces nuevos amigos y poco a poco pierdes el contacto de tus antiguos compañeros de trabajo. Puede parecer que no necesitas nada de tu profesor de la universidad o del jefe de tu primer trabajo. Pero de repente una gran oportunidad te obliga a repasar tu antigua lista de contactos. El punto clave es el siguiente: tus referencias no se acuerdan de ti. Tal vez formaste parte de unas prácticas o simplemente han pasado muchos años desde la última vez que hablasteis. Sea como sea, necesitas que te recomienden. Por eso, ofrecemos una serie de reglas que te pueden ayudar a manejar la situación de una manera elegante y respetuosa.
Recuérdale quién eres. El mayor error que puedes cometer es asumir que la gente se acuerda de ti o sabe a lo que te dedicas en la actualidad. Evita usar frases como “como sabéis” o “puedes haber oído que…” Preséntate de nuevo (brevemente) y recuérdale quién eres. Añade todos los detalles que pueda recordar. De esta manera, te ahorras que la otra persona responda: “¿Quién eres tú?” Acto seguido, escribe tres frases sobre lo que has logrado desde la última vez que hablasteis, cuáles son tus metas y por qué pensaste en esa persona.
Establece un tono. Es importante reconocer que ha pasado tiempo. Acercarse a la otra persona con un tono neutral ayudará a salvar el lapso del tiempo. Evalúa el tono al ponerte en el lugar de la otra persona y pregúntate como te sentiría recibir una carta así.
La mejor manera de llegar a ella. Antes de ponerte a explicar qué necesitas de esa persona, pregúntate por la mejor manera de llegar a ella. ¿Ese formato es el mejor para continuar la conversación? Prueba esto: “Me gustaría hacerle algunas preguntas sobre una empresa que estoy solicitando. ¿Tendrías tiempo de responderme? Si es así, ¿es esta la mejor vía para hablar con usted? Darle la oportunidad de compartir el método preferido le mostrarás que también respetas su tiempo y su carga de trabajo.
Crea unas pautas. Una vez hayas establecido el canal por el que comunicarte, envía un mensaje corto y claro con toda la información que pueda ser relevante. Por ejemplo, si quieres una recomendación para un trabajo, sugiere en qué aspectos te gustaría centrarte e incluye plazos asociados a la solicitud. Al ofrecer estos detalles, tu contacto podrá programarse la semana.
Ofrece algo a cambio. Por último, encuentra la manera de cerrar el círculo y ofrecerle algo nuevo a tu contacto. Ya sea escribirle una recomendación en LinkedIn, invitarla a comer y sugerir un favor a cambio. Esto permitirá fortalecer tu relación en el futuro.
Jimena Azinovic
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