Crédito: Max Aguirre
Encuesta de gallup. Son trabajos a tiempo completo para un empleador, según la definición que ofrece la consultora; en la Argentina solo un 7% de los ocupados logra un "excelente" puesto.
El Informe Global 2018 sobre Excelentes Empleos, de Gallup, al que tuvo acceso exclusivo la nación, hace hincapié en una realidad que muchas veces se ve transformada, quizás por el deseo de llevar adelante el trabajo de manera independiente. La verdad es, según la consultora internacional, que es un empleo estable, en relación de dependencia, el que se sigue considerando como excelente y el que más escasea. Lo llama "trabajo a tiempo completo para un empleador". De hecho, en el mundo 3 mil millones de personas siguen buscando un "empleo excelente" pero solo 214 millones) lo tiene.
"Piense en los agricultores de subsistencia de África o personas que venden objetos ornamentales en la India. ¿Trabajaron 30 o más horas en la última semana?", se pregunta Jon Clifton, Global Managing Partner en Gallup. "Por supuesto que sí, aunque su trabajo apenas satisface sus necesidades, cumple con lo que las agencias globales definen como trabajo". Sin embargo, muchos de los cuentapropistas, según Gallup, viven con menos de 2 dólares por día. ¿Qué se considera un buen empleo? Es el que "todo el mundo quiere", asegura Clifton. Son un mínimo de 30 horas por semana y un salario pago por un empleador.
Los datos de Gallup para la Argentina hablan de un 71% de personas sin un empleo a tiempo completo; un 22% con buenos pero no excelentes empleos y solo un 7% con excelentes empleos que elevan el compromiso y la productividad.
Amor odio
Una de las conclusiones de Clifton es lapidaria. "Cuando las personas odian su trabajo, son mas propensas que las personas que no trabajan a evaluar sus vidas de manera desfavorable". En cambio, las personas comprometidas tienen un excelente empleo, con el equipamiento que necesitan y un fuerte sentido de misión y propósito derivado de ese trabajo. ¿Dónde están los estos empleos? Muchos, en las pymes.
Ellas ofrecen la mayoría de los mejores empleos disponibles en los países económicamente desarrollados. Los menos desarrollados tienen pocos grandes empleadores y pocas pymes. "Debido a la falta de buenos empleos en los países menos desarrollados, muchos residentes recurren a actividades de subsistencia", dice el informe.
En América del Norte la tasa de buenos empleos asciende al 44% y los excelentes, son el 12%, mientras que en América latina este porcentaje desciende al 26% y 7% respectivamente.
"Además de crear buenos empleos, se deben crear excelentes empleos, que permitan a los individuos aprovechar al máximo su tiempo y su talento. Esto fomenta el compromiso, que lleva en promedio a un 17% más de productividad. El problema es que en todos los países del mundo hay un déficit de compromiso. Esto quiere decir más adultos con buenos empleos que no están comprometidos en el trabajo, que adultos con buenos empleos que sí están comprometidos con el trabajo", dice el informe.
Brecha de género
No importa el desarrollo económico del país, son los hombres quienes tienen más posibilidades de acceder a los mejores trabajos. Sin embargo, las mujeres que lo logran y trabajan a tiempo completo para un empleador, y están comprometidas con el trabajo, tiene más oportunidades para prosperar (46%) que los hombres que trabajan y tienen un gran empleo (38%)
Pymes en problemas
Según escribe Vicente Donato, de la Fundación Observatorio Pyme, "nuestras pymes son débiles y desde hace años casi no generan nuevos puestos de trabajo, cuando en todo el mundo este segmento es el creador de empleo por excelencia".
"Las comparaciones internacionales muestran que la participación de las pymes argentinas en el empleo total está todavía al menos 10 puntos por debajo de los estándares de los países de alto nivel de ingresos, según la clasificación del Banco Mundial. Sin embargo, seguimos retrocediendo. Mientras en Estados Unidos entre 2007 y 2016 las empresas formales de menos de 50 empleados crearon el 53% de los puestos de trabajo, en la Argentina durante el mismo período las empresas formales de la misma dimensión crearon solo el 22%. Una dinámica similar se observa respecto de Europa". Algunos números:
- En los países desarrollados la diferencia de productividad entre grandes empresas y las pymes está en el 10%, pero en los menos desarrollados la brecha llega al 300%.
- El 80% de la informalidad laboral se concentra en empresas con menos de 10 ocupados, y son unas 2 millones de personas.
- El 95% de las empresas no accede al crédito bancario y casi ninguna exporta.
- Los salarios de las 500 empresas más grandes son 5 veces superiores a los de las empresas menores.
Son estigmas para las empresas más pequeñas. Casi dos terrores o dos pesadillas. Se trata de las causas principales por las cuales se resisten todo lo posible a tomar gente, dentro de un país que lo que más necesita es general más empleo de calidad. A pesar de los muchos proyectos de ley que se presentaron, y que duermen en el Congreso, todo parece más importante para los legisladores que ayudar entre todos a que aumente el empleo en blanco.
Se habló de un blanqueo laboral, de programas para que los jóvenes, sobre todo los del norte del país, puedan obtener su primer empleo incentivando a los empleadores con una baja casi absoluta de cargas por un período bastante prolongado, de herramientas para que en caso de despido haya un fondo como el que tiene el sector de la construcción...pero no pasó nada.
Los dos demonios
Mientras tanto, aunque no hay una medición exacta "que diferencia la índole de los reclamos y tampoco si los empleadores son pequeñas, medianas o grandes empresas", dice Mario Fera presidente de la Cámara Nacional de Apelaciones del Trabajo, "es cierto que existe una gran informalidad en el país que influye en la existencia de juicios laborales".
Agrega que "hoy hay muchos temas detenidos por la urgencia de trabajar sobre la estabilidad económica y financiera, pero es cierto que hay que revisar punto por punto en qué consisten los costos laborales no salariales y de qué manera podrían bajarse".
Para el abogado laboralista Juan Carlos Cerutti, "se nota un incremento de juicios y conflictos laborales individuales. Los juzgados están colapsados con juicios que tardan alrededor de 5 años con una tasa, en Capital, del 48 % anual. Los motivos recurrentes son diferencias salariales. Es lindo trabajar en una pyme, pero, al tener que afrontar crisis recurrentes tienen menos espalda para mantener a los empleados". Con las nuevas normas bajaron los juicios a las ART, pero nada más.
Paula Urien
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