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domingo, 16 de diciembre de 2018

Cómo los nuevos conceptos de liderazgo dejaron atrás la figura del jefe


      Resultado de imagen de el jefe de la empresa

Según un relevamiento, en los últimos dos años se redujo un 10% la cantidad de búsquedas ejecutivas para cargos de jefaturas y gerencias. De este modo, la relación distante con los empleados se redujo y el trabajo en equipo prisma ante todo.

Las habilidades que buscan hoy las empresas para ocupar roles de liderazgo cambiaron con respecto a las que más se valoraban hace diez años. Se trata de un nuevo perfil de liderazgo: hoy se ponderan el poder de adaptación a contextos cambiantes, la capacidad de interactuar y de colaborar con colegas de todas las generaciones. También es importante la habilidad para generar empatía con el equipo, de mostrar que "están en el mismo barco".

Para Martín Gerding, especialista en recursos humanos, la figura de jefe quedó en segundo plano. Tal es así que un relevamiento llevado a cabo por PageGroup demostró que de los alrededor de 1.000 profesionales que, en lo que va de 2018, pasaron por la consultora para su proceso de selección, un 16% lo hizo para ocupar cargos de jefatura, cuando en 2017 ese porcentaje había sido del 17% y en 2016 fue del 21%.

En el caso de gerencias, representaron un 22% del total de búsquedas ejecutivas de este 2018, cuando en 2017 habían sido el 25% y en 2016 el 27%. Esto equivale a decir que, mientras que en el año 2016 los cargos de liderazgo de grupos (jefaturas y gerencias) fueron el 48% del total, en 2017 comprendieron el 42% de las posiciones requeridas, y este año representaron el 38%.

Por el otro lado, los analistas pasaron de representar un 26% del total en 2016, a un 29% en 2017 y el 35% del total de búsquedas de PageGroup en lo que va de este 2018. Esto demuestra, por un lado, que existe una rotación cada vez más alta en la parte baja de la pirámide, y también que las búsquedas de analistas son las que más vienen requiriendo las corporaciones.

En empresas tecnológicas o relacionadas con soluciones tecnológicas, una forma en la que se están "aplanando" las estructuras -es decir, minimizando la cantidad de jefes en el sentido tradicional- es a través de una forma de trabajo por proyectos, en los que se entremezclan deliberadamente perfiles disímiles. En esos casos se procura que, independientemente del rango jerárquico, una persona lidere un solo proyecto.

Así se busca el liderazgo en base al conocimiento más que por la portación de un cargo. "Gran parte de la rotación que se ve hoy en día está relacionada con que las empresas no logran dilucidar el propósito y/o alinear los objetivos individuales de sus colaboradores con los del negocio. Lo que cuesta es identificar cuál es ese objetivo. Y esa exploración deviene en alta rotación", dijo Gerding a Infobae.

Los millennials, los más aclamados

"Los millennials están demostrando tener una capacidad de liderazgo que hasta ahora no muchos les asignaban. Cambió el orden de prioridades para las virtudes que más se valoran en un jefe o potencial jefe como por ejemplo: hace un tiempo las características preferidas eran la honestidad y el renombre que tuviera esa persona dentro de la empresa, en cambio hoy en día importan más el trato que se espera recibir de ese jefe, y el vínculo que les gustaría forjar", analizó Gerding.

Sin embargo, todavía distan de ser mayoría en los cargos de jefatura o gerencia. Según el relevamiento, las empresas cubren el 75% de las posiciones de mandos medios y altos con profesionales de entre 35 y 45 años. Sin embargo, el 45% de los encuestados considera a esta generación la más deseable para ocupar roles de liderazgo de equipo.

Es así que a medida que los millennials van ocupando cargos de jefatura o gerenciales, muchas personas empiezan a notar que hay cuestiones de su forma de ser y pensar que comparten y que los hacen sentir más cómodos y eficaces en el trabajo. De hecho, consultados sobre su relación con sus jefes millennials, el 83% de los encuestados los valoró positivamente; el 40% los considera muy buenos y un 43%, buenos. Del restante 18%, un 15% los ve como "regular" y apenas un 3% como "malos"."Un índice significativamente bajo teniendo en cuenta las históricas y conocidas complejidades de las relaciones entre jefes y empleados", concluyó Gerding. 

Fuente: Infobae
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