Los expertos del Dpto. de Análisis y Activación de Empresas del Instituto Europeo de Gestión Empresarial le proponen que realice un autoanálisis para que conozca la calidad de su gestión.
Este articulo complementa los diversos temas que configuran el curso online "Coronavirus: hay que ser realistas pero sin alarmarnos" que hemos publicado en nuestro Blog durante el pasado mes de marzo.
Por cada euro que factura,
- ¿Sabe cuánto gana?
- ¿Sabe cuáles de sus productos o líneas de servicio le dejan más margen?
- ¿Sabe calcular con cuáles está ganando, de verdad, más dinero?
Muchos emprendedores prevén, para el primer año, ventas de 100, y posteriormente la realidad se impone y sólo venden 20. Prevén márgenes del 7% y, posteriormente, sólo ganan un 1%.
Cuando arranca con su negocio, lo habitual es que lleve a cabo un análisis DAFO. Pero cuando ya está en marcha el día a día le impide a pararse a reflexionar sobre el negocio.
Para determinar la rentabilidad de tus productos y/o servicios sólo tiene que analizar con detenimiento su cuenta de resultados y calcular el margen de contribución de cada uno de esos productos/líneas de servicio. Pero para analizar el resto de su empresa, conviene que dedique parte de este tiempo de encierro forzoso debido al coronavirus, y hacerse una serie de preguntas. Al terminar se dará cuenta que su tiempo ha sido bien empleado.
La cumplimentación de este entendemos que debe llevarse a buen término mediante su criterio personal, sin colaboración interna ni externa. Solo usted y nadie más debe conocer el contenido de este, en caso contrario, no merecería fiabilidad alguna los resultados obtenidos, teniendo en cuenta que para tomar decisiones en orden de elaborar futuras estrategias en su empresa éstas deben aflorar única y exclusivamente de su gestión.
1. ¿Cuántas líneas de producto tiene su empresa?
2. En general, ¿los productos de su empresa tienen un carácter distintivo, o son corrientes?
3. ¿Pueden otros vender sus productos o están protegidos, por ejemplo, por patentes o exclusivas?
4. ¿Responde la calidad de sus productos a los deseos de sus consumidores?
5. ¿Están al día sus productos?
6. ¿Son todos sus productos individualmente rentables?
7. ¿Tienes elaborada una segmentación eficaz del mercado y de los clientes?
8. ¿Sigue una política de mejora de los productos existentes, y de creación de otros nuevos?
9. ¿Fluctúa la demanda de sus productos por temporadas o según las condiciones del mercado?
10. ¿Recibe información de manera regular sobre la rentabilidad de los diferentes productos vendidos?
11. ¿Cómo consideras que sería más competitivo su producto?
12. ¿Se mantienen los stocks a un nivel satisfactorio?
13. ¿Utiliza canales de comercialización específicos para dar salida a los stocks?
14. ¿Quiénes son sus cinco principales competidores?
15. ¿Tienen éxito sus competidores? (Por cierto, ¿cómo mide ese éxito?)
16. ¿Es, en este momento, su empresa más fuerte o más débil que sus principales competidores?
17. ¿Normalmente, su empresa lanza sus nuevos productos antes o después que sus competidores?
18. ¿El número de clientes está creciendo, está estancado, o está decreciendo?
19. ¿Quién vende en su empresa?
20. ¿Se cuida el contacto con los clientes, es decir se lleva la iniciativa comercial o más bien os compran?
21. ¿Que relación existe con sus principales clientes?
22. ¿Recibe su empresa o negocio muchas quejas de sus clientes?
23. ¿Ha medido alguna vez el grado de satisfacción global de sus clientes?
24. ¿Dispone tu empresa o negocio de un Plan o Diseño comercial propio?
25. ¿En qué se basa su empresa para tomar decisiones de marketing?
26. ¿Planificas su acción comercial con un Plan de Marketing bien detallado y documentado por estudio de mercado?
27. ¿Está aumentando o disminuyendo el mercado total de los productos más rentables del negocio?
28. ¿Ha definido e implantado un organigrama funcional en la empresa con sus funciones y responsabilidades.
29. ¿Lo conoce suficientemente la plantilla interesada?
30. ¿Considera su estructura organizativa y organigrama el más adecuado a los negocios de la empresa?
31. ¿Es competitiva la estructura de su empresa?
32. ¿Cómo se fijan las diferentes tareas y responsabilidades de los directivos y empleados?
33. ¿Cómo se selecciona a sus proveedores?
34. ¿Cuántos proveedores diferentes tienen para cada tipo de materia prima o servicio utilizado en la producción de su producto?
35. ¿Se hace una valoración sistemática de los proveedores?
36. ¿Existe definida una política de compras adecuada a la actividad de la empresa?
37. ¿Cómo está la motivación e implicación del equipo que gestiona la empresa?
38 ¿Cómo está la motivación e implicación del personal en general?
39. ¿Realizan evaluaciones periódicas del desempeño de competencias y cumplimiento de objetivos de los directivos y del personal clave de la empresa?
40. ¿Cómo es la comunicación con los empleados?
41. ¿Cómo valoras la productividad de los recursos humanos y técnicos de producción?
42. ¿Cómo valoras la productividad de los recursos humanos y técnicos de comercial y administración?
43. ¿Cómo se fijan los objetivos y las políticas de la empresa?
44. ¿Quién siente una verdadera responsabilidad por el progreso de la empresa?
45. ¿Analiza periódicamente la gestión de la empresa para poder apreciar sus puntos fuertes y débiles?
46. ¿Se realiza regularmente un cálculo de las necesidades de tesorería?
47. ¿Se controla eficazmente la evolución de la ejecución presupuestaria?
48. ¿Se conoce y controla el coste y margen de cada tipo o línea de producto?
49. ¿Está bien calculado y gestionado el capital circulante necesario?
50. ¿Tiene gastos financieros excesivos?
Al mismo tiempo debe analizar el funcionamiento de los distintos departamentos de su empresa y su incidencia sobre la rentabilidad, porque posiblemente no exista una gestión eficaz en su empresa al no disponer usted de la información que precisa para tomar decisiones en orden de alcanzar niveles óptimos de eficiencia.
Es obvio que su empresa, sin la adecuada información no podrá adaptarse a los cambios de su entorno. Podremos determinar a priori, sin ser catastrofistas, que su empresa puede encontrarse en la cuarta fase de su vida: en el declive.
Pedro Rubio Domínguez
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