La transformación es violenta, sin tregua y, en todos los órdenes. La tecnología disruptiva está cambiando al mundo. Es una nueva era tecnológica con increíble potencial para modificar la vida cotidiana de las sociedades, y las concepciones económicas y políticas que predominaron hasta ahora.
En un libro - Megachange- reciente de Darrell M. West, director de Estudios de Gobernanza del Centro para la Innovación Tecnológica, se pasa revista a estos grandes cambios en tecnología, sociedad, política y economía. Por ejemplo, grandes hitos, como la caída del comunismo, la Gran Recesión de 2008, el ascenso vertiginoso del Ejército Islámico, la aparición del "trumpismo", y el proceso que terminó en el Brexit.
Pero al mirar el futuro, el autor se concentra en cinco megatendencias que, a su juicio, tienen un enorme poder transformador. Ellas son: el auge de los robots de otra forma de inteligencia artificial capaz de ocupar empleos hasta ahora en manos humanas, a velocidad sin precedentes. También el ascenso indetenible del nivel de las aguas en los océanos, sumergiendo las zonas costeras. El descubrimiento de otras manifestaciones de vida primitiva en todas partes del universo. Partidos extremistas de derecha capaces de tomar el poder en varios países de Europa, infligiendo gran daño a la idea establecida de democracia. Y finalmente lo que pasaría si Irán desarrollara artefactos bélicos nucleares.Tal vez los últimos dos casos pecan de asignarle una gravedad exagerada. Pero en los tres primeros sirve echarles un vistazo.
Los robots hacen el trabajo. El costo de producirlos se ha reducido en forma sustancial. Se aprecia muy en especial en el caso de la industria automotriz, donde empezó su uso. Pero ahora se los utiliza prácticamente en todas las industrias, no solo en Estados Unidos y Europa. También con creciente velocidad en el sudeste asiático.
Lo que inquieta es la velocidad a la que se realiza el desplazamiento humano. Ocurrirá ahora o muy pronto en la actual economía, y no en un porvenir distante. Pero además de las tareas que hoy realizan los obreros, estará en condiciones también de reemplazar a muchos jefes y gerentes. Y de ocupar posiciones en el campo de los servicios.
Esta es la postal que intimida a la extensa clase media en todos los países, que prevé dramáticas consecuencias laborales para sus empleos.
Este nuevo escenario laboral alterará de manera sustancial la forma en que se asignan y distribuyen los beneficios sociales. Hasta ahora, jubilaciones, pensiones y prestaciones de salud se pagaban a través de los empleos actuales o pasados.
El alza en el nivel del mar. El calentamiento global es real, como lo admiten todos los científicos aunque con matices. Lo que genera violentas tormentas y alteraciones de los patrones climáticos en todas partes del planeta. También un alza permanente en el nivel de los océanos y mares, como consecuencia del agua más caliente y del derretimiento de los hielos en la Antártida, y en el norte, especialmente en Groenlandia.
Para 2100 se espera que el alza de nivel se haya cuadruplicado. Lo que traerá un problema agravado. En décadas recientes mucha gente se ha desplazado del interior de los continentes a las zonas costeras, bien sea para estar cerca del mar, bien para aprovechar las ventajas de grandes ciudades en las orillas de los mares.
En este momento, hay 600 millones de personas que viven en áreas que se inundan periódicamente. 40% de la población estadounidense vive en zonas costeras de alta concentración urbana, donde el mar avanza en su camino de erosión costera.
Muchas ciudades muy importantes, están desde esta perspectiva- en riesgo cierto: como Nueva York, Boston, San Francisco, Los Angeles, Miami, Amsterdam, Venecia, Ciudad del Cabo, Tokio, Shangai, Hon Kong y San Petersburgo.
Un reciente informe asegura que tendrá un costo de US$ 14 billones (millones de millones) reubicar a los millones de estadounidenses que serán afectados por la subida de las aguas. Además del actual fenómeno de refugiados por las guerras, el hambre y las sequías, habrá seguramente una nueva clase de refugiados en todo el mundo: los desplazados de las zonas costeras.
Vida en el resto del universo. En este caso no hay amenazas ambientales, sociales o siquiera políticas. Se relaciona más con preguntas básicas, existenciales. El avance científico y espacial hace que el conocimiento científico esté cada vez más dispuesto a aceptar que la vida no se limita al planeta Tierra y que puede existir en muchas otras partes del vasto universo.
Ya se sabe que fuera del sistema solar hay agua, calor y químicos orgánicos en cantidad.
Por estas razones, los científicos creen con fuerza que la raza humana está cerca de confirmar que las condiciones de vida existen en muchas partes del universo.
Esa confirmación se espera que se produzca en los próximos diez a veinte años. No se habla de extraterrestres. Este convencimiento se refiere a pequeños microbios.
Comprobar que hay vida en otros planetas, llevará a abandonar una visión centrada en la Tierra, que ha dominado la historia del género humano y todos sus pensamientos.
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