Está claro que la digitalización y todos los dispositivos inteligentes surgidos a raíz de ella han traído consigo muchas ventajas a nivel de flexibilidad y a la hora de poder colaborar en remoto con otros colaboradores y trabajar en cualquier momento y lugar, restando enteros al presencialismo que, ya hemos visto, no es sinónimo de productividad. Aun así, el hecho de disponer de dispositivos como un teléfono móvil y plataformas virtuales de trabajo provoca que los empleados se sientan obligados a responder mails y llamadas incluso también fuera de su horario laboral.
Esta hiperconexión provoca a su vez que un 45% de los empleados confiesen no tener tiempo suficiente para sus actividades personales, dato que se suma al 90% de ellos que confiesa que les gustaría disponer de más tiempo para dedicar a sus familiares.
En este marco, Sodexo insta a las empresas a implantar políticas conciliadoras, en especial las que la compañía considera como más novedosas en conciliación empresarial. ¡Toma nota!
- Medidas de flexibilidad horaria. Las medidas de conciliación laboral más conocidas son aquellas que flexibilizan los horarios y los turnos de trabajo. Hablamos de acciones como permitir el trabajo a distancia o teletrabajo, aunque sea unos días a la semana, para aumentar el tiempo dedicado al plano personal, evitando el tiempo invertido en los desplazamientos al centro de trabajo. Otra forma de conseguir esto es ofreciendo horarios flexibles para que el empleado decida trabajar en el momento en que se considere más productivo.
- Servicios conciliadores. Otra de las prácticas más populares consiste en ofrecer servicios destinados a resolver las necesidades personales de la plantilla. Así, por ejemplo, el problema de la alimentación en el trabajo queda resuelto gracias al reparto de vales de comida entre los empleados, quienes no tendrán que preparar táperes antes de dormir ni perder tiempo en buscar un lugar ideal para comer. Por otro lado, a los trabajadores con niños pequeños les interesarán los cheques guardería, que los liberan de tener que pensar dónde y con quién dejar al niño durante la jornada laboral.
- Compra de vacaciones. Otro problema muy común relacionado con la conciliación reside en la necesidad que tienen muchos empleados de contar con más días libres de vacaciones. Si bien es cierto que la tradicional medida de dar vacaciones extra ayuda a paliar este problema, no se trata de una medida muy bien vista por los empresarios, quienes velan también por los intereses de la propia empresa. Una novedosa solución a esta dualidad es la compra de vacaciones, que permite a los trabajadores gozar de un mayor control de sus días libres a partir de un sistema similar a los permisos no retribuidos. Es decir, la compañía sigue asumiendo las cotizaciones de los trabajadores durante los días de ausencia y, además, dichos días computan en la vida laboral del empleado.
- Smart working. El smart working es un nuevo método que da una vuelta al tradicional concepto de teletrabajo, haciendo que la existencia de una oficina ya no sea imprescindible. Este modelo consiste en dar un mayor empoderamiento a toda la plantilla, al pactar entre todas las partes los objetivos que hay que cumplir. Así, cada empleado tendrá más responsabilidades, pero también gozará de una mayor autonomía para decidir dónde y cuándo trabajar, sin verse limitado a un tiempo o lugar de trabajo concretos. El smart working se apoya en el uso de las herramientas digitales, que facilitan realizar el trabajo a distancia. Gracias a este modelo, mejoramos el equilibrio entre la vida profesional y laboral en un 77,8% de los casos, ya que los trabajadores hacen un uso óptimo de su tiempo sin renunciar a sus obligaciones personales.
- Actividades físicas. La conciliación es un problema que puede acarrearle al trabajador consecuencias físicas como estrés, depresión o el síndrome del burntout, una enfermedad caracterizada por la fatiga crónica en sus pacientes. Estas enfermedades deben prevenirse mediante un plan de conciliación acorde con la plantilla, donde no pueden faltar medidas que fomenten las actividades físicas. Por ejemplo, podemos facilitarles o copagarles el acceso a gimnasios o también organizar retos deportivos entre los trabajadores. Las actividades físicas no solo benefician a la salud personal eliminando las cargas de estrés, sino que son actividades que se desarrollan en grupo, favoreciendo una mayor unión y cooperación con los compañeros. Así generamos un intangible como es la sinergia, que potencia la satisfacción y la productividad entre los empleados.
- Políticas de desconexión. Por último, cabe recordar el desgaste que puede suponer la digitalización en el día a día del empleado. Tener que estar atento al smartphone después de la jornada laboral por si ocurre algún percance o alguna actualización en el trabajo, además de afectar a la conciliación, produce insatisfacción en el empleado. La respuesta a ello son las medidas de desconexión cada vez más extendidas en el plano empresarial. De esta manera, políticas como la de las luces apagadas, que consiste en cortar de golpe con toda actividad laboral a partir de una hora determinada sintonizan con las actuales leyes proconciliación. Así, en España tenemos la Ley Orgánica 3/2018, que regula los derechos digitales de los trabajadores, entre los cuales se encuentra el derecho a la desconexión digital.
Fuente: Equipos y Talento
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