El proceso de dirección está muy ligado a la realización de acciones que permitan lograr los fines de la organización actuando en un entorno que obliga a adaptarse permanentemente a él para mantener y mejorar la competitividad empresarial.
Como consecuencia de ellos, la planificación empresarial juega un papel fundamental dentro del proceso de dirección en cuento que permite anticipar cuales serán los resultados de las decisiones que se espera tomar a partir de la estimación de unos determinados escenarios futuros de evolución del entorno contribuyendo a clarificar y facilitar el proceso de decisión.
Igualmente, la planificación empresarial permite orientar más explícitamente a los diferentes componentes de la organización sobre cuál debe ser su comportamiento para alcanzar los objetivos globales de la empresa.
Tradicionalmente, se han distinguido tres tipos de planificación según el horizonte temporal y el ámbito que comprenda. Así, se distingue entre planificación estratégica (o a largo plazo), planificación de gestión (o anual) y planificación operativa (o a muy corto plazo)
La planificación estratégica está encuadrada en el largo plazo y se refiere tanto a la definición de los productos y de los mercados a los que se quiere orientar la actividad de la empresa como a los recursos productivos que pretende utilizar para lograr sus fines. La estrategia se concreta, principalmente, en la formulación de las diferentes políticas específicas de las diferentes áreas funcionales (investigación y desarrollo, producción, marketing, finanzas, etc.) que permiten alcanzar los objetivos de la empresa.
La planificación de gestión o anual está orientada al corto plazo (inferior a un año) e intenta asegurar que la empresa en su conjunto y en particular cada uno de los diferentes departamentos logren sus objetivos con eficiencia y eficacia.
La planificación operativa está orientada al día a día e intenta asegurar que las tareas específicas que se deben realizar e cada puesto de trabajo sean realizadas y también con eficiencia y eficacia.
La planificación puede ser realizada de una manera más o menos formalizada. Igualmente puede platearse en términos monetarios (planificación financiera) o no (planificación cualitativa o planificación en términos cuantitativos no monetarios)
En cada uno de los tres tipos de planificación, la cuantificación en términos monetarios (planificación financiera) de los diferentes aspectos que comprende la planificación puede jugar un importante papel en facilitar el proceso directivo. La planificación estratégica puede concretarse en el conjunto de presupuestos de la empresa y sus diferentes centros o unidades. Aquellos pueden comprender el presupuesto económico (de ingresos y gastos) y financiero ( de inversiones) para cada centro de responsabilidades, el presupuesto total de inversiones de la empresa, la cuenta de resultados consolidada, el presupuesto de tesorería y el balance de situación previsional. La planificación operativa puede plantearse, por ejemplo, en el presupuesto diario y semanal de tesorería que por su dificultad de estimación debe reelaborarse permanentemente. ■
JOAN M. AMAT SALAS
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