Translate

martes, 10 de marzo de 2020

Cómo sentarse y moverse cuando se trabaja: una cuestión clave para la salud


La ergonomía es una ciencia relativamente nueva, surgida en la década del 50 del siglo XX. La Asociación Internacional de Ergonomía (IEA) la define como "una disciplina científica de carácter multidisciplinar, que estudia las relaciones entre el hombre, la actividad que realiza y los elementos del sistema en que se halla inmerso, con la finalidad de disminuir las cargas físicas, mentales y psíquicas del individuo y de adecuar los productos, sistemas, puestos de trabajo y entornos a las características, limitaciones y necesidades de sus usuarios, buscando optimizar su eficacia, seguridad, confort y el rendimiento global del sistema".

La higiene postural consiste en saber mantener correctamente diferentes posiciones del cuerpo mientras se está en movimiento, en quietud o realizando alguna actividad de la vida diaria. Y su función es evitar los riesgos de que se produzcan lesiones. Principalmente, se trata de aprender a proteger la columna vertebral.

El análisis de las posturas requiere conocer en detalle el ambiente laboral. Si hablamos de puestos de oficinas vamos a evaluar el mobiliario en su totalidad y las condiciones ambientales. Si, en cambio, pensamos en las personas que trabajan en la industria o en la construcción, nos centraremos en conocer su interacción con las herramientas que utiliza, los procesos de trabajo y su medio ambiente.

Una "buena" postura para el bienestar corporal en el trabajo es fundamental para nuestra salud.

Pero, ¿por qué adoptamos malas posturas o posturas forzadas y cuáles son sus consecuencias?

Una buena postura, ya sea que la persona esté sentada o de pie, es aquella en la cual nuestros segmentos corporales están dentro de los ángulos de confort. Si estamos sentados, nuestra cabeza puede tener una ligera inclinación, la espalda debe estar derecha y apoyada en el respaldo; los brazos, próximos al cuerpo; los muslos, paralelos al suelo y los pies, bien apoyados. Si estamos de pie debemos estar erguidos, la columna bien alineada y los pies bien apoyados.

¿Por qué la mala postura?

Las malas posturas o posturas forzadas se refieren a cualquier posición fija o forzada del cuerpo. Este tipo de posiciones se adopta por distintas razones.

En ocasiones el equipamiento de oficina es inadecuado, no cuenta con una mesa y un asiento regulables, la altura superior del monitor no coincide con la línea horizontal de visión de la persona tal como recomienda nuestra norma IRAM 3753, y se recurre a guías telefónicas, a cajas o a lo que tengamos a mano para adaptarnos.

En el caso de trabajos de producción o construcción, los trabajadores se ven forzados a adaptarse a los diseños de las máquinas, herramientas o procesos y es necesario, en algunas ocasiones, adoptar malas posturas para realizar la totalidad de las tareas.

Muchas personas tienen malos hábitos posturales por distintas razones: una es que desde la infancia se adaptan a un mobiliario escolar que, en el mejor de los casos, cuenta con tres tamaños de asientos y pupitres para niños y jóvenes de 6 a 18 años, cuando lo recomendable para ese rango de edad, según la norma ISO 5970, es contar con 6 tamaños.

La pregunta es: ¿resolvemos la totalidad del problema comprando "equipamiento ergonómico"? Con esa compra, ¿tenemos el asunto solucionado? No. Tener una buena higiene postural no solo depende del equipamiento y/o las herramientas o de procesos de trabajo, sino también de la manera en que la persona usa los bienes o realiza las tareas. Hay que tener en cuenta que ninguna postura es saludable por mucho tiempo. No es recomendable estar más de dos horas seguidas de pie o sentado. Es importante cambiar de postura, ya que estamos biomecánicamente "diseñados" para el movimiento.

En ciertos trabajos se requiere que las personas adopten posturas desfavorables, que implican importantes presiones biomecánicas en las articulaciones de las extremidades y los tejidos. En esas condiciones, si no se dispone de tiempo suficiente de recuperación, se producen lesiones musculares. Los límites de fuerza aceptables en las diferentes partes del cuerpo están condicionados a diversas variables como, por ejemplo, la edad, el sexo, la estructura corporal y la salud en general de cada persona.

El adoptar posturas forzadas frecuentemente y por largo tiempo, es algo que puede derivar en que, en un primer momento, percibamos al terminar el día molestias cervicales o lumbares (por mencionar las más frecuentes) y, con el tiempo, si no adquirimos posturas saludables puede ser que lleguemos a padecer algún trastorno músculo- esquelético (TMR).

El tiempo de descanso

El cuerpo humano tiene un alto poder de recuperación, pero se necesita suficiente tiempo de descanso entre los intervalos en los que se efectúa un esfuerzo físico.

Las pausas activas de movimiento consisten en ejercicios de elongación de tres minutos, realizados frecuentemente cada hora o cada dos horas.

Esta práctica favorece cambios fisiológicos (disminuyendo la fatiga, el estrés y el sedentarismo), psicológicos (mejorando la autoestima, la concentración y la calidad de vida del empleado) y sociológicos (fomentando la relación entre compañeros, promoviendo la integración de grupos y la afinidad con la organización.

Por todo ello, el bienestar corporal en el trabajo depende de varios factores que deben ser analizados teniendo en cuenta la actividad de la persona, el contexto, la organización y el medio. Las mejorías y/o correcciones estarán dadas por el ergónomo en cada caso en particular.

María Teresa Garutti y Silvina Hunt Las autoras sonergónomas. Integran la Asociación Argentina de Ergonomía (adeargentina.org.ar).
________________________________________________

No hay comentarios:

Publicar un comentario